NO ME RINDO...(Contestación al poema
"NO TE RINDAS" de Mario Benedetti)
NO TE RINDAS
(Mario Benedetti)
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya
y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
no te rindas por favor, no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga
y se calle el viento,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
NO ME RINDO
(Ingrid Zetterberg)
(Mi contestación)
No, amigo...
no me rindo aún,
sigo peleando
la buena batalla;
nadando
contra la corriente cenagosa
de este río profundo
que es la vida...
no me rindo, hermano,
porque sé que debo
continuar con valentía
y esbozar una sonrisa
aunque en mi alma
hayan lágrimas reprimidas.
Yo sé que el frío duele,
y que me atenaza el miedo...
pero no cedo amigo,
yo aún tengo sueños.
Y aunque la luz se esconda
en mi horizonte de nieblas,
aún me alumbra en secreto
una brillante estrella
que sólo yo conozco
y es en mi noche
una luciérnaga.
Porque la vida es grande,
y también mis anhelos.
Porque tú y yo, nos queremos,
y vamos ebrios de este vino
de amor y sueños, es cierto.
Porque las heridas
que me dejaron los años,
han ido sanando.
Por tanto,
abriré las puertas
y dejaré entrar
esa luz de promesas
en mi alma.
Y ya no habrán más sombras
que me detengan.
No me rendiré;
nada temas...
alzaré a los vientos
un cántico nuevo,
de victoria,
porque sé que no estoy sola
porque tú me amas,
y yo también, te lo confieso.
INGRID ZETTERBERG
De mi poemario
"Inspiraciones de mi nostalgia"
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