EN LA RECTA FINAL
Los años fugaron en la niebla,
se ha mudado
la claridad de los matices,
el celeste de las mañanas plenas,
el rosa de las tardes de paz
con los hijos en casa,
ya no están...
Y se instaló el gris
de las soledades que rebosan
en la recta final.
Esa ventana ya no basta,
la luz que se filtra
ya es opaca.
Y el silencio es prolongado
cual un suspiro.
Hoy todo lo llena
la ausencia de los hijos.
No vendrán...
Pasan las horas
y los días se repiten
abstraídos.
Cualquier mañana de estas
una madre ya no despertará.
INGRID ZETTERBERG
De mi poemario
"Esperanza de vida nueva"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112
Que bien has plasmado esa receta final de la vida, triste, pero así es. Un besazo grande y muy feliz miércoles.
ResponderBorrarGracias Campirela por visitar mis versos y dejarme tan grata respuesta que aprecio. Un abrazo grande y feliz martes.
BorrarLa vida cuando se termina deja heridas, de una madre la cicatriz nunca se cura. Abrazos
ResponderBorrarAsí es, Ester. Hay heridas que nunca se sanan. Gracias por estar presente entre mis versos. Un abrazo.
BorrarHola Ingrid, henchido de metáforas cautivadoras nos dejas este poema de cierta melancolía, por ese nido vacío y la reseña de lo cotidiano cual "soldados que rebosan en la recta final". Gracias por todo ello
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias estimado Dionisio por recorrer mis versos y dejarme tu hermoso comentario. Un abrazo.
BorrarEl amor de una madre ni se puede reponer ni olvidar. Madre nada más existe una. Bellos versos estimada amiga.
ResponderBorrarUn gran abrazo Ingrid.
Gracias amigo Juan por estar presente entre mis versos y dejarme tan bonita respuesta que aprecio. Un abrazo grande.
BorrarQue triste es la soledad cuando los hijos viven lejos. Un bello poema que refleja una realidad: la de las personas mayores que sufren la soledad. Besicos
ResponderBorrarGracias Charo por detenerte entre mis versos y comprenderlos dejándome tu grata respuesta. Un abrazo.
BorrarUn poco triste pero tan cierto y que vale para tantos y tantas que nos hemos quedado solos/as...
ResponderBorrarPero, mientras podamos ir mas allá de esa ventana, no es hora de pensamientos tristes...
Es ley de vida, se dice. No somos de aquí. Lo sabemos.
Un besito para tí, dulce poeta.
Es verdad Beatriz, muchas veces es ley de vida. Gracias por asomarte al rincón de mis versos y dejarme tan hermosa respuesta. Un abrazo grande.
BorrarIntenso, profundo, doloroso. Poema que emociona.
ResponderBorrar.
Saludos cordiales y poéticos
.
Pensamientos poéticos y ensoñaciones
.
Gracias Rykardo por visitar mis versos y dejarme tu sentido comentario. Un saludo y bendiciones.
BorrarEmotivo y bello.
ResponderBorrarUn beso.
Gracias Amalia por estar presente y dejarme tu grata huella. Un abrazo.
BorrarUna recta final dolorosa y triste en muchos casos. Los hijos han de volar, pero nadie debería estar condenado a la soledad.
ResponderBorrarMuy bien plasmado en tus realistas versos.
Abrazos Ingrid.
José Luis.
Gracias José Luis por asomarte a mis versos y dejarme tu sincero comentario que aprecio. Un abrazo.
BorrarNo solo las madres, los padres (al menos algunos) compartimos el mismo camino...
ResponderBorrarBesos
Tienes razón Daniel, también los papás sufren soledad y abandono. Gracias por tu presencia entre mis versos y tu sincero comentario. Un abrazo.
BorrarUm hermoso y triste poema, Ingrid, refleja la realidad de muchos hogares.
ResponderBorrarUn abrazo
Así es, Enrique. Gracias por detenerte entre mis versos y dejar tu amable huella. Un abrazo.
BorrarUn poema que duele, que me llega muy hondo amiga, mi madre esta enferma, tiene 86 años, tiene neumonía y esta con oxigeno.... Saludos a la distancia.
ResponderBorrarAy, ¡qué terrible, amiga Sandra! ya tu madre está de avanzada edad, pero Dios quiera que se salve para que te acompañe un poco más. Gracias por visitar mis versos y dejar tu sincera respuesta. Un besito.
BorrarBoa tarde minha querida amiga Ingrid. Parabéns pelo seu excelente trabalho e matéria.
ResponderBorrarGracias querido Luiz por recorrer mis versos y apreciarlos. Un saludo fraterno.
BorrarHola, un poema muy bello e inspirador.
ResponderBorrarGracias por compartirlo, abrazo y buen finde
Gracias Abel por asomarte a mis versos y dejarme tan grata respuesta. Un abrazo.
BorrarMuchas se han ido sin que sus hijos e hijas por quienes dieron todo le cerraran sus ojos...
ResponderBorrarellos llorarán sus soledades a su hora, es la rueda de la vida.
Abrazo.
Tienes razón Meulen, todo se paga en esta vida. Muchos padres y madres se han ido sin el consuelo de tener a sus hijos al lado. Gracias por recorrer mis versos y dejar tu sincero comentario. Un abrazo.
BorrarTan triste, real y tan bello. "Esa ventana ya no basta", me encantó esa metáfora.
ResponderBorrarTe dejo un link para que nos acompañes también a nosotras y te unas a la propuesta
https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/02/desayunos-artesanos-dia-1.html
Gracias Sorpresa por estar presente.
ResponderBorrarGracias Rosana por estar presente entre mis versos y apreciarlos dejándome tu bella respuesta. Me gustó mucho tu visita a mi otro blog también. Voy a visitarte, dentro de un rato. Un abrazo.
ResponderBorrarLa fotografía y el poema son una preciosura, amiga. Nos describes muy acertadamente el drama de tantas madres viendo el gris de la vida a su vejez. Los hijos parten muy lejos, hacen su vida y no son conscientes de que la vida nos devuelve lo que damos.
ResponderBorrarMi felicitación por tu claridad rotunda y realista, amiga.
Mi abrazo entrañable y admirado, Ingrid.
Gracias Ma. Jesús por asomarte al rincón de mis versos y dejarme tan hermosa y realista respuesta. Así es la vida muchas veces. Un abrazo grande.
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