LUZ ENTRE LAS SOMBRAS
Es un reo de rostro sombrío. Ostenta un
cigarrillo entre los dedos nerviosos;
su boca apretada y hermética, deja escapar a veces una blasfemia.
Dos guardias se acercan a él, y le dicen algo a través de los barrotes, uno de ellos sostiene un grueso llavero, luego el acostumbrado chirrido de las rejas.
Un momento después, lo llevan esposado para
escuchar su sentencia. Ya en el tribunal, se deja caer en una silla, abatido.
De lejos, unos ojos consumidos de angustia,
lo miran. Se deja sentir un pasmoso silencio, que interrumpe de pronto la voz del fiscal, calmada y trágica. Entonces, el presidiario
palidece, se queda fijo, estático, por un momento eterno.
Luego se escuchan unos sollozos; hay en la sala
una anciana, con el rostro oculto entre las manos agrietadas, ya cansadas de unirse en la plegaria. Después de un alboroto de voces, el acusado recobra de nuevo su aspecto duro, hosco; sabe que van a llevarlo al encierro
definitivo, sabe que se acabó toda esperanza, y sólo su anciana madre, como única luz entre las sombras, se abre paso llorando entre la gente, y temblorosa se acerca para besarlo.
INGRID ZETTERBERG
1,985
De mi poemario
"Jardines de antaño"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112
Bonito relato Ingrid, dentro de lo trágico que siempre resulta el tema, pero llevado con gran maestría y dominio de los mismos.
ResponderBorrarFeliz domingo.
Saludos Cordiales.
Gracias José Antonio por visitar mis letras y dejarme tan hermoso comentario. Un saludo en la distancia.
BorrarMe ha gustado mucho tu relato es fuerte pero de verdad, cuantas sombras e historias habrá dentro de esas cárceles. Enhorabuena . Un beso con todo cariño.
ResponderBorrarAsí es Campirela, en las cárceles también suceden tremendos dramas. Gracias por asomarte a mis letras y dejarme tu grata huella. Un abrazo.
BorrarUm texto comovente sobre a dor e o amor incondicional de uma mãe...
ResponderBorrarGrande abraço, Ingrid, que tenhas bom domingo e uma semana feliz !
Gracias Sao por recorrer mis letras y dejarme tan grato comentario que aprecio. Un abrazo.
BorrarUn relato triste, Ingrid. Es mucho dolor para una madre pasar por esa situación.
ResponderBorrarUn lindo domingo.
Abrazo
Gracias Enrique por detenerte entre mis letras y dejarme tan sincera respuesta. Un abrazo.
BorrarUn relato muy emotivo al ponerse en el lugar de esa pobre madre anciana.Besicos
ResponderBorrarGracias Charo por acompañarme entre mis letras y dejarme tu grata huella. Un abrazo.
BorrarBuen domingo Ingrid! Y linda semana os deseo!!
ResponderBorrarValiente encarar la temática de prisión de libertad en formato relato poético. Lo has hecho con talento y sensibilidad. No te quedas en el individuo sino que abarcas el contexto y dejas aflorar la "maraña" de sentimientos que esta situación conlleva.
Siempre es un gusto leerte!!
Abrazo.
Agradezco mucho tu hermoso comentario Graciela, así como tu visita a mis letras. Un abrazo.
BorrarMágico relato.
ResponderBorrarFeliz domingo, Ingrid.
Un abrazo
Gracias Mónica por estar presente entre mis letras. Un abrazo.
BorrarDramática instancia impecablemente barrada. Pobre madre... Me recuerda la historia de un viejo amigo del barrio que cayó en desgracia.
ResponderBorrarAbrazo grande.
Gracias Carlos por asomarte al rincón de mis letras y dejarme tan sincera y grata respuesta. Un abrazo grande.
BorrarEsa luz de amor de madre que no nos abandona. Un relato muy lindo amiga, como de la vida real. Saludos.
ResponderBorrarAsí es, amiga Sandra, sólo Dios sabe cuántas cosas parecidas se habrán visto en los tribunales, ¡cuántas madres sufridas al ver a sus hijos presos! Gracias por visitar mis letras y dejarme tu grato comentario. Un abrazo.
BorrarConmovedor, tu relato. Una estampa que refleja situaciones duras de la vida. El dolor de una madre que aun cree en la inocencia del hijo.
ResponderBorrarBellamente plasmado. Te felicito pir tu arte de escribir con esa sensibilidad que te caracteriza.
Abrazos, querida Ingrid
Gracias querida Beatriz por recorrer mis letras y dejarme tan linda respuesta que aprecio mucho. Un abrazo grande.
BorrarUn relato muy emotivo y escalofriante al ponerse en la piel de su querida madre, esa, que nunca pase lo que pase abandonara a su hijo.
ResponderBorrarMuy bella narración amiga Ingrid.
Un gran abrazo y buena semana.
Así somos las madres, amigo Juan...hagan lo que hagan nuestros hijos siempre los amamos. Gracias por asomarte a mis letras y dejar tu grata huella. Un abrazo.
BorrarUn relato lleno de emoción.
ResponderBorrarGran dolor.
Un beso.
Gracias Amalia por estar presente entre mis letras con tu grata huella. Un abrazo.
BorrarDramático y escalofriante en cada línea, nos lleva a través de ese laberinto de complicadas emociones que abarcas globalmente y sobre todo entre madre y preso en tu relato lírico.
ResponderBorrarAbrazos, Ingrid.
José Luis.
Gracias José Luis por asomarte a mis letras y dejarme tan bella respuesta que valoro mucho. Un abrazo.
BorrarProfundidad y entrega en tu relato, Ingrid...Nos has llevado de la mano al instante con sus elementos ambientales, las emociones a flor de piel y el desgarrador dolor de la madre, que sigue fiel al hijo. Una preciosidad, amiga.
ResponderBorrarMi felicitación y mi abrazo entrañable por tu buen hacer.
Gracias Ma.Jesús por recorrer mis letras y dejarme tan bonita respuesta que aprecio. Un abrazo grande.
BorrarINGRID,
ResponderBorrarComovente o teu relato, minha amiga!
Uma Mãe, sente a dor com uma coragem qua ninguém consegue igualar!
As tuas palavras, tocaram profundamente a minha alma. Estremeci... e imaginei como a vida pode ser tão surpreendente!
Te deejo mi abrazo entrañable!
Gracias amigo Albino por estar presente entre mis letras y dejarme tan hermosa y sensible respuesta. Un abrazo grande.
ResponderBorrarEl coiarazón de una madre jamás se seca y quedará esperando en eterna orwación.
ResponderBorrarAbrazo.
Es verdad, Meulen, las madres nunca nos cansamos de orar por nuestros hijos. Un abrazo.
ResponderBorrarUff debe ser un cumulo de sentimientos fuertes y con una ternura muy muy especial.
ResponderBorrarUn encanto tu escrito amiga Ingrid, tocas profundo.
Gracias amigo Jorge por visitar mis letras, (en este caso tristes), y dejarme tu hermosa huella. Un abrazo.
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